Manifiesto Vital: ¿qué sentido le otorgamos en nuestros actos al concepto “comunidad”? | JANUS
Janus Proyecto Rural Integrador es una granja sustentable, sostenida en los principios de la Agricultura Biodinámica, donde producimos alimentos vitales y nutritivos con un modelo de intercambio y consumo responsable basado en CSA, la Comunidad que Sostiene la Agricultura, ubicada en la provincia de Río Negro, Patagonia Argentina.
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Manifiesto Vital: ¿qué sentido le otorgamos
en nuestros actos al concepto “comunidad”?

Manifiesto Vital: ¿qué sentido le otorgamos
en nuestros actos al concepto “comunidad”?

Procuramos analizar en toda su complejidad las interrelaciones sistémicas que subyacen a novedosos conceptos, y otros no tanto, que vienen ganando protagonismo en los medios de comunicación, como Cambio Climático, gases efecto invernadero, ciclo de Carbono, producción sustentable, agricultura regenerativa, alimentos saludables, veganismo, entre otros

Si existen realmente un “adentro del cuerpo” y un “afuera del cuerpo” (humano al menos), resulta evidente que deberían existir —en virtud de la evolucionada complejidad del cósmico mecanismo— diferentes tipos de interacciones entre sus componentes: niveles, fronteras, redes, membranas, im-permeables pieles que auto-regulen sus flujos comunicantes, incluso más allá del supuesto límite de la materialidad del cuerpo, creación metafísica del espíritu, que también tiene derecho (humano) a existir.

 

Las “ficciones verdaderizantes”, técnicamente los verosímiles, podrían ser varias —todas igualmente creíbles. Sin embargo, las funciones descriptivas son o no son; son, o el mecanismo no funciona: contacto, puntos de pasaje, puentes, bifurcaciones, obstáculos, restricciones, absorción, rechazo, mutua influencia, des-composición, transformación, simbiosis, hibridación, por mencionar solo algunas de las funciones con las que vamos construyendo el mundo de las cantidades.

 

El mismo subsistema funcional que nos permite pronunciar sonidos, comunicarnos desde adentro del cuerpo con el afuera del cuerpo —todo un rito de pasaje más allá de la muda gestualidad, donde inclusive parece alojarse el habla y operan funciones similares—, también nos permite ingresar desde afuera del cuerpo hacia adentro del cuerpo una parte de los alimentos que necesitamos para existir, aunque solo ciertos tipos de ellos accedan por este pasaje.

 

Otros tipos de alimentos, que también necesitamos para existir, ingresan a través de otros mecanismos y funciones, porque interactúan con otros planos y niveles de la máquina humana, gracias a la función de los demás órganos sensorios y sus subsistemas interactuando dinámicamente con la energía, con las fuerzas, con la luz, con el sonido, con la temperatura, con las frecuencias, con las vibraciones, con los campos electromagnéticos, con los campos mórficos, con las longitudes de onda, con el lenguaje, con el mundo de las cualidades, podríamos decir.

 

La alimentación y el lenguaje han sido desde siempre —desde que existimos en tanto humanos iguales a nosotros mismos— dos de los grandes vectores que posibilitaron la emergencia de comunidades, funcionando como vasos comunicantes, como lazos orgánicos y constitutivos de grupos auto-organizados, articulándose en simultáneo a su extensión sobre los territorios y formando redes en la búsqueda del equilibrio dinámico de la existencia de la especie, sobre la espiralada flecha espaciotiemporal de la evolución.

 

Aunque suene a ciencia ficción, sobre la misma tierra en la que hoy producimos alimentos —no solo figurativamente en tanto concepto cosmovisional macro (Gaia, Pachamama, Madre Tierra) sino también en tanto cada hacer micro, esta porción de tierra o aquella, cada cual con sus propias condiciones de existencia, con la propia voluntad de cada tipo de suelo—, desde hace miles de años otros seres humanos, nosotros, sembraron sus semillas, cuidaron, laborearon y cosecharon sus plantas, criaron sus animales, alimentaron a sus hijos, se protegieron de las adversidades del clima y fueron felices, en mayor o menor grado.

 

JANUS Proyecto Rural Integrador es hoy el resultado de una visión puesta en práctica desde los orígenes, 2010~2020: diez años transformando energía en materia, acumulando más de una década de trayectoria, planificación, trabajo, esfuerzo, articulación y disfrute, co-creando una comunidad extendida junto a todas las personas, grupos, instituciones, empresas y gobiernos que confían en nuestro modelo de gestión, basado en los Cuatro Pilares Fundamentales que nos acompañan desde los inicios, un sostén conceptual histórico para el que hoy tenemos la satisfacción de presentar su complemento: el Manifiesto Vital Janus, un conjunto abierto y actualizable de las principales líneas de acción conceptuales que nos sirven de soporte y argumento para el desarrollo de nuestras actividades.

 

MANIFIESTO VITAL JANUS

 

 

    

 

 

 

Desde que concebimos JANUS Proyecto Rural Integrador, el aspecto más importante de nuestros múltiples propósitos es la producción sustentable de Alimentos de calidad para un pensar, sentir y hacer satisfactorio. Para lograrlo elegimos el modelo que para nosotros representa la mejor alternativa disponible, la Agricultura Biodinámica (ABD), creada en 1924 por el filósofo, científico, pensador y pedagogo austríaco Rudolf Steiner.

 

Seguimos consolidando nuestro modelo de producción sustentable y regenerativa basado en los fundamentos de la Agricultura Biodinámica y Articulando dos vertientes eficientes en la producción de alimentos saludables, expandiendo además el alcance de los Alimentos saludables, individuos sanos, familias contentas, sociedad integradas que actualmente nos brinda De la tierra a la granja, llegando a través de nuestra plataforma de intercambio online almacenjanus.bio a más de 150 mesas familiares de consumidores responsables, por ahora ubicadas en diferentes localidades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, en un radio cercano a nuestra granja biodinámica.

 

Ofrecemos estas noticias seleccionadas y puestas en contexto como continuidad de la tarea informativa que nos hemos propuesto, basada en nuestros Cuatro Pilares Fundamentales, según los cuales la comunicación integrada constituye una dimensión necesaria que nos permite articular con coherencia el decir y el hacer, con el propósito claro de producir alimentos vitales y nutritivos.

 

Conocer los factores de riesgo nos permitirá elegir las opciones seguras: todas nuestras actividades se realizan respetando con responsabilidad y compromiso el marco normativo desarrollado por el Gobierno Nacional y explicado en nuestra página web: Alimentos para compartir y protocolos para cuidarnos.

 

Los invitamos a compartir, participar, comprometerse y disfrutar de nuestra Experiencia Biodinámica completando nuestro Formulario de Contacto¡Gracias por elegir formar parte de la gran familia Janus!