Agroecología urbana, ¿una posibilidad de recuperar la utopía pos COVID-19? | JANUS
Janus Proyecto Rural Integrador es una granja sustentable, sostenida en los principios de la Agricultura Biodinámica, donde producimos alimentos vitales y nutritivos con un modelo de intercambio y consumo responsable basado en CSA, la Comunidad que Sostiene la Agricultura, ubicada en la provincia de Río Negro, Patagonia Argentina.
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Agroecología urbana, ¿una posibilidad
de recuperar la utopía pos COVID-19?

Agroecología urbana, ¿una posibilidad
de recuperar la utopía pos COVID-19?

Acompañamos este proceso de aislamiento social e introspección familiar —propuesto por el gobierno nacional—  mediante el sostenimiento de las comunicaciones habituales, con la misma responsabilidad y veracidad de siempre solo que con menor frecuencia.

Frente a la compleja situación global y sus particularidades locales en relación con la pandemia del COVID-19 que con preocupación vemos extenderse, además de continuar con el abastecimiento semanal a nuestras más de 40 Familias Asociadas a través de CSA: un modelo de intercambio entre productores y consumidores —ya que según la normativa oficial la provisión de alimentos no se encuentra restringida—, creemos necesario que es también nuestro deber seguir aportando información confiable y de calidad que seleccionamos de diferentes medios, con el objetivo de acompañar a nuestros beneficiarios y público en general.

 

Como es habitual en las publicaciones de nuestro sitio web y demás espacios de comunicación integrada, nos enfocamos en desarrollar contenidos accesibles compartiendo diferentes tipos de noticias —siguiendo los lineamientos conceptuales de los Cuatro Pilares Fundamentales—, algunas veces compartiendo el hacer cotidiano en la granja biodinámica donde producimos alimentos vitales y nuritivos basados en la Agricultura Biodinámica, por ejemplo en Seguimos llegando a las mesas familiares con nuestros alimentos vitales y nutritivos; otras veces reflexionando a fondo temas de opinión acerca de escenarios globales con incidencia local, como en Derivaciones de la crisis sanitaria en la producción y consumo de alimentos agroecológicos y, en ocasiones como ésta, contextualizamos aspectos de interés general que nos ayudan a comprender cuestiones vinculadas con los diferentes modelos producción agrícola y sus consecuencias en la alimentación y la salud.

 

Según Wikipedia, “Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.​ (…) es antónimo de Utopía, término que fue acuñado por santo Tomás Moro y figura como el título de su obra más conocida, publicada en 1516, en la que describe un modelo de sociedad ideal con niveles mínimos de crimen, violencia y pobreza. Las distopías a menudo se caracterizan por la deshumanización,​ los gobiernos tiránicos, los desastres ambientales​ u otras características asociadas con un declive cataclísmico en la sociedad. Las sociedades distópicas aparecen en muchas obras de ficción y representaciones artísticas, particularmente en historias ambientadas en el futuro. Algunos de los ejemplos más famosos son 1984 de George Orwell, Brave New World de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury”.

 

De la distopía a la utopía, una nota de opinión que nos llega desde ctxt, un reconocido medio periodístico de Cataluña, presenta un complejo análisis en el que se nos advierte, entre otras llamadas de atención, que “los sistemas agroalimentarios de las últimas décadas son responsables del hambre en medio mundo y la obesidad en el otro medio, de la extinción del oficio campesino, de la deportación rural al medio urbano y del calentamiento de todo un planeta”.

 

Dicen muchas voces, con acierto, que no debemos volver a la normalidad pues la normalidad es injusta y destructiva. Desde el punto de vista agrícola y alimentario, lo corriente, habitual y mayoritario en los países industrializados es, además de injusto y destructivo, distópico. Pero parece que lo ignoramos. Al menos durante varios decenios buena parte de la población mundial nos alimentamos a partir de sistemas agroalimentarios disfuncionales que muchos autores de novela fantástica o catastrofista ni siquiera podrían imaginar. Porque es muy loco capturar pescado en Alaska, mandarlo a la China para su procesamiento y venderlo en EE.UU. fileteado y listo para freír. Porque es muy loco deforestar el Amazonas para cultivar soja que se mandará a España donde con ella engordaremos lechones traídos de Dinamarca para acabar exportando lomo embuchado a la Conchinchina. Porque es muy loco comer naranjas en verano y tomates en invierno, porque es muy loco comer carne tres veces al día; porque hasta la alimentación de los astronautas con sus alimentos hiperenergéticos parece más sensata que encontrarse en el supermercado envases de plástico con gajos de mandarina peladitos y listos para degustar. (…) Y, con sus monocultivos invadiendo todo centímetro de tierra cultivable, responsables también de la pandemia vírica actual, como muy bien advertían estudios publicados hace más de diez años.

 

Desde nuestro vecino país Chile y atravesando la cordillera llegan ecos de algunos temas que ocupan las reflexiones de un importante sector productivo de la economía chilena, a través de un portal frutícola de capitales chinos, con la noticia Covid-19 impulsa la agricultura urbana para garantizar la seguridad alimentaria, en la que se plantean diversas cuestiones relacionadas con los diferentes modelos de producción sustentable, algunas de cuyas características fundamentales son el enfoque integral y manejo holístico, desarrollados por ejemplo en Cultura regenerativa y ganadería extensiva: otra humanidad es posible; la diversificación y rotación de cultivos; la conservación y aumento de la biodiversidad; los modelos de comercialización y logística de ciclo corto o de proximidad, entre productores sustentables y consumidores responsables sin intermediarios presentados en Producción Sustentable: un puente necesario entre Alimentación Saludable y Consumo Responsable; la revalorización e intercambio de semillas agroecológicas, como en la iniciativa local que compartimos en De la semilla al alimento, compartiendo el sustento, un aspecto que según esta noticia que presentamos viene tomando gran impulso por parte de los consumidores, interesados en obtener semillas confiables para producir sus propios alimentos.

 

Debido a que en varios países hubo un importante desabastecimiento en los supermercados por las llamadas compras de pánico, se ha incrementado el aumento en las ventas de semillas.
“Cada vez más personas piensan de dónde proviene su comida, con qué facilidad se puede interrumpir y cómo reducir las interrupciones”, puntualizó el arquitecto paisajista Kotchakorn Voraakhom a Reuters, quien diseñó la mayor granja urbana en la azotea de Asia, en Bangkok.
“Las personas, los planificadores y los gobiernos deberían repensar cómo se usa la tierra en las ciudades. La agricultura urbana puede mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, reducir los impactos del cambio climático y disminuir el estrés”, dijo a la Fundación Thomson Reuters.

 

Miguel Altieri es uno de los principales referentes globales de la Agroecología, co-creador y co-director junto a Clara Nicholls del Centro Latinoamericano de Investigaciones Agroecológicas, ambos agricultores activos y profesionales formados en la Universidad de California, Berkeley, docentes regulares de esa casa de altos estudios, quienes vienen desarrollando una intensa actividad de investigación, experimentación, implementación y divulgación de teorías y prácticas agroecológicas, articulando con diferentes comunidades, grupos de campesinos y agricultores, instituciones y gobiernos.

 

CELIA considera que un desafío clave radica en la traducción de los principios agroecológicos en estrategias prácticas para la gestión del suelo, el agua y la biodiversidad para mejorar la producción y la resiliencia, de modo que puedan difundirse y expandirse ampliamente, tanto en cantidad de agricultores como a una escala geográfica mayor. Comprender las formas en que los agricultores exitosos usan la biodiversidad y los fundamentos ecológicos que rigen sus sistemas ecológicos complejos, y luego difundir estos principios vía metodologías participativas ( p.ej. campesino a campesino), es un camino efectivo para acelerar el desarrollo de agroecosistemas productivos, sostenibles y resilientes. Otra vía de amplificación que propone CELIA es que lo(a)s agroecólogo(a)s y lo(a)s agricultore(a)s combinen los conocimientos tradicionales y modernos  para crear  nuevos diseños de fincas, bien adaptados a las circunstancias locales, para que sirvan como módulos demostrativos o “faros agroecológicos” de los cuales se desprenderán los principios y lecciones agroecológicas. Por supuesto, todas estas estrategias deben complementarse con políticas conducentes y mercados solidarios entre agricultores y consumidores a fin de dar mayor viabilidad económica al proceso de amplificación de la agroecología.

 

 

 

Ofrecemos estas noticias seleccionadas y puestas en contexto como continuidad de la tarea informativa que nos hemos propuesto, basada en nuestros Cuatro Pilares Fundamentales, según los cuales la comunicación integrada constituye una dimensión necesaria que nos permite articular con coherencia el decir y el hacer, con el propósito claro de producir alimentos vitales y nutritivos.

 

Los invitamos a compartir, participar, comprometerse y disfrutar de nuestra Experiencia Biodinámica completando nuestro Formulario de Contacto¡Gracias por elegir formar parte de la gran familia Janus!