Cuando la naturaleza nos muestra su capacidad de sanar
“Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”, vaticinaba hace ya 2500 años en la Antigua Grecia Hipócrates, llamado el padre de la medicina moderna occidental.
La humanidad ancestral de todo nuestro continente americano percibió también esta bendición natural del entorno —a través de las cosmovisiones, estrategias de vida y culturas desarrolladas en diferentes regiones, por ejemplo los Mapuce en nuestra zona patagónica—, gracias a la capacidad de los grupos y comunidades nativos de establecer una relación integrada con el ambiente que nos rodea, interactuando con salud, alimento y nutrición para garantizar la supervivencia y aspirar a una vida plena al alcance de la mano.
Gracias a la concepción holística e integradora que caracteriza a la Agricultura Biodinámica —muy en sintonía con los anteriores enfoques mencionados, en tanto manifestaciones genuinas de una experiencia sensible—, desde los inicios en Janus venimos implementando, actualizando y adaptando a nuestras condiciones ambientales y geográficas los fundamentos básicos de su desarrollo como modelo de producción sustentable, orientado a la alimentación y la salud de la comunidad a la que pertenecemos, utilizando la generosidad de la tierra que nos provee del sustento y los nutrientes.
El universo biodinámico está representado por un significativo conjunto de plantas —definido por Rudolf Steiner, el creador de la Agricultura Biodinámica—, las que al ser utilizadas como insumos en las tareas cotidianas y en la elaboración de los preparados biodinámicos confieren al establecimiento involucrado la cualidad de Organismo Agrícola, cuyo funcionamiento es regulado por la interacción entre sus respectivos órganos: el compost, el suelo, la huerta y las plantas, los animales, las familias de agricultores, luz, calor, humedad, etcétera.
Las Familias Asociadas a nuestro modelo de intercambio llamado CSA —cuando la Comunidad Sostiene a la Agricultura—, confían en la calidad, nutrición y vitalidad de todos los alimentos frescos y productos elaborados que retiran semanalmente durante todo el año de puntos de distribución ubicados en sus localidades de residencia.
Habitualmente forman parte de nuestro modelo de abastecimiento diferentes plantas que cultivamos especialmente para incorporar a la propuesta de alimentación integral para la salud que nos caracteriza, por ejemplo Jarilla, Romero, Rosa Mosqueta, Tajete, Caléndula, Llantén, Ortiga, Manzanilla, Milenrama, Diente de León, entre otras, presentadas en varios formatos para facilitar la accesibilidad y disponibilidad por parte de las familias según sus necesidades y ritmos: deshidratadas sueltas y en mezclas, como tinturas madre, en cremas, aceites, jabones, champúes, antitranspirantes, pastas dentales y demás variantes que aseguran un grato acompañamiento en el cuidado cotidiano del cuerpo, la mente y espíritu.
Presentamos hoy dos realidades paralelas y complementarias a nuestro quehacer, expresadas en el desempeño de dos mujeres especializadas –cada cuál a su manera— en medicina natural con plantas, Sara Itkin, médica naturista, y María Lorena Gabarini, ingeniera agrónoma biodinámica.
Compartimos algunos fragmentos y el enlace a la nota realizada por Cecilia Russo a Sara Itkin, una médica naturista de Bariloche reconocida por creer y trabajar con el poder de las plantas para sanar, tanto que su casa es un gran botiquín natural, saludable y lleno de vida. “Hace 25 años que no tomo un Paracetamol”, asegura.
Directo desde el Litoral, Sara comenzó a generar un vínculo con comunidades mapuches y campesinas, y a descubrir el poder de las plantas para sanar: “me crié en un pueblo de Entre Ríos –María Grande– y aunque no era una familia que usase las plantas, a mí me encantaba comerlas o hacer perfumes. Durante la residencia, fue el primer contacto con gente que me decía ‘yo me curé una quemadura con aloe’ o ‘yo doy té de manzanilla si le duele la panza a uno de mis chicos’. De a poco iba escuchando y abriéndome en ese saber”.
“Hacer esa experiencia fue muy fuerte al ir viendo otras formas de sanar. Así fue que me entusiasmé tanto con Neuquén que volví a terminar mi residencia en Rosario y me mudé a la Patagonia”, cuenta.
Sara, más allá de su profesión, se considera naturista: “Siempre me curé con las plantas. Tuve tres embarazos y partos maravillosos, libres y en casa. Fue un nacer y parir natural y en libertad. Y mi forma de alimentación es vegana por una cuestión filosófica y más que nada apuntando a la salud”.
Por su parte, María Lorena Gabarini es una reconocida productora y asesora biodinámica, quien viene compartiendo su enfoque y sus conocimientos en diferentes formatos de capacitación, a través de vínculos institucionales como AABDA y otras redes agroecológicas y sustentables. Compartimos aquí la difusión de un evento a realizarse en Buenos Aires el 20 y 21 de Julio. Para más información y consultas al +549 351 560 3560.
Los invitamos a compartir, participar, comprometerse y disfrutar de nuestra Experiencia Biodinámica completando nuestro Formulario de Contacto. ¡Gracias por elegir formar parte de la gran familia Janus!