Tierra, suelo, sustrato: vitalidad
y nutrición para nuestro alimento
Más de un siglo ha pasado desde los albores de esta realidad actual que caracteriza a nuestra región, mediante la implantación del modelo colonizador basado en la llegada del ferrocarril, del sistema de riego y de las políticas públicas enfocadas en desarrollar las primeras comunidades productivas
Rescatando el pasado reciente del fértil territorio que nos cobija, del cual nos sentimos herederos y protagonistas, descubrimos en su identidad actual una continuidad histórica de nuestro propósito fundamental: satisfacer las necesidades de consumo de alimentos vitales y nutritivos de las Familias Asociadas, mediante nuestro modelo de Producción sustentable con despacho eficiente: visite Almacén Janus, ofreciendo la clásica Entrega Semanal y una lista de más de 150 productos que durante todo el año hacemos llegar a sus mesas en el marco de CSA: un modelo de intercambio entre productores y consumidores.
En estas épocas de cambios, desafíos y tensiones —especialmente para quienes aún miran la facetada realidad de la agricultura y los diferentes modelos de producción de alimentos con el filtro miope del antagonismo, de la polaridad, del enfrentamiento—, la compleja relación campo/ciudad no significa más que eso: diferentes oposiciones simples, sin matices, blanco/negro, productor/trabajador, dueño/empleado, propiedad privada/pública, inversión/rentabilidad, perdiendo de vista en consecuencia que operamos en complejos sistemas de intercambio, cuya comprensión debe abordarse desde múltiples enfoques articulados.
Compartimos la noticia Campo y ciudad: una disputa por la tierra, una concienzuda nota de fondo de la Revista InterNos en la que encontramos interesantes reflexiones que nos interpelan, nos despiertan y nos invitan a pensar juntos gracias a la sintonía temática que presentan a nivel macro con nuestra realidad regional y nacional, y a nivel micro con nuestra propia experiencia y trayectoria:
Pero, ¿quién controla hasta dónde -o hacia dónde- deben crecer las ciudades? Actualmente son los municipios los que deben imponer condiciones en sus jurisdicciones y trazar límites para lograr el bien común por encima del lucro individual. Su tarea es trabajar sobre aquellas zonas de tensión que tienen valor estratégico para la sociedad -humedales, zonas de regadío para producción frutihortícola, bosques naturales- donde el conflicto por la apropiación de los recursos está librado a las leyes del mercado. En muchos casos no existe una legislación efectiva para lograrlo; en otros, aunque exista, no se cumple. Vale entonces la pregunta de rigor periodístico: ¿por qué?
(…)
Por motivos históricos y culturales (que exceden al entendimiento de este artículo) las actividades urbanas y de servicio están más valoradas que poner las manos en la tierra. Esto se nota a nivel político, pero también a nivel social. La mayoría de los consumidores desconoce quién o cómo se produce su alimento, desde dónde viene, cuánto esfuerzo implica que llegue a la verdulería en las mejores condiciones. Un comprador promedio poco sabe de las condiciones de autoexplotación a la que se someten muchas familias agricultoras para lograr rentabilidad. Cuando el precio de la lechuga o el tomate está por debajo de sus costos de producción, a nadie parece importarle. Pero si su valor sube por factores estacionales, es noticia en radios, televisión y portales digitales.
En una muestra más de la sintonía que nos relaciona desde hace algunos años con la Revista InterNos, compartimos otra cita de la misma noticia —que se pregunta por una de las relaciones más antiguas del ser humano con el afuera, con la tierra—, que cuenta con la opinión de uno de nuestros colaboradores estratégicos, impulsor de la Exitosa experiencia de Agricultura Urbana en Rosario. Antonio Lattuca, pionero biodinámico en Agricultura Urbana, quien desde la ciudad de Rosario y su conglomerado periurbano —junto a una extensa comunidad de referencia, equipos técnicos, articulaciones institucionales, productores, estudiantes, familias—, desde hace más de 20 años vienen recreando y sosteniendo una exitosa experiencia que busca darse a conocer y ofrecer sus virtudes para ser replicada.
Sin embargo, en Rosario existe una experiencia de agricultura urbana agroecológica. Se trata del Programa de Agricultura Urbana lanzado como política pública en el año 2002 por la municipalidad local. La iniciativa surgió en un contexto de crisis económica, con el objetivo de que muchos desocupados produjeran en huertas de la ciudad y luego comercializaran su mercadería en ferias. Desde ese momento forma parte de la planificación de la ciudad.
Antonio Lattuca, referente agroecológico y uno de los impulsores del Programa de Agricultura Urbana, ve en la agroecología una posibilidad para repensar el modelo productivo desde cero. “Creo que las Buenas Prácticas en realidad no son buenas, son ‘correctas’, se tendrían que haber hecho siempre. En cambio, la agroecología sí soluciona gran parte de estos problemas. Hay que profesionalizarla. Destruir el mito de que en la agroecología ‘no hay que hacer nada’. No es así: exige mucho conocimiento”, dice a InterNos.
Capitalizando nuestra experiencia previa, cuya síntesis compartimos en 2010~2020: diez años transformando energía en materia, desde los inicios venimos tratando de integrar en nuestro modelo de triple impacto —ambiental, social y económico— las líneas de tensión tierra, historia, propiedad y sustentabilidad, tanto a nivel interno (desde el enfoque, la planificación, la estrategia y las acciones) como hacia el afuera (interactuando en los sistemas de intercambio, plataformas, regulaciones, mercado) compartimos el enlace a la iniciativa Comunidades Rurales Sustentables: innovadora propuesta con historia, una propuesta novedosa desarrollada en alianza estratégica con Estudio del Valle, que nos permite ofrecer y compartir una herramienta de gestión eficiente, en tanto posibilidad real de transformación del entorno mediante la implementación de políticas público~privadas, adelantando aquí algunas de sus líneas fundamentales:
PROPUESTA DE REGENERACIÓN TERRITORIAL
Construyamos un futuro mejor basado en el Desarrollo Territorial Regenerativo:
- Incremento de tierras rurales improductivas,
- Crisis socioeconómica y riesgo de inseguridad alimentaria,
- Desarraigo Rural y vida urbana insalubre,
- Demanda insatisfecha y ocupación ilegal de tierras,
- Ausencia de un horizonte de futuro compartido,
- Insuficiente aplicación de estrategias de mitigación del cambio climático.
Aún así, sabemos que todavía estamos a tiempo y tenemos los recursos para revertir esta tendencia negativa.
Modelo Territorial Regenerativo
Proponemos un modelo que permita transformar chacras improductivas en unidades socioeconómicas sustentables para:
- Producir alimentos sanos de manera agroecológica,
- Mejorar el hábitat, creando una nueva ruralidad conectada y atractiva para las familias contemporáneas,
- Explorar un nuevo modelo de relacionamiento de la ciudadanía con la ruralidad la naturaleza,
- Eficientizar el sistema de producción agroecológico para consumo local y regional,
- Concebir y construir viviendas bioclimáticas y espacios de coproducción y servicios de teletrabajo.
Para cerrar este panorama y con el objetivo de incentivar la reflexión y promover el intercambio, ponemos a disposición de los interesados el documento pdf de nuestra propuesta Comunidades Rurales Sustentables en Río Negro (click en la imagen para descargar):
De este modo, refrendando el compromiso asumido, expandimos el alcance de los Alimentos saludables, individuos sanos, familias contentas, sociedad integradas que actualmente nos brinda De la tierra a la granja, llegando a través de nuestra plataforma de intercambio online almacenjanus.bio a una mayor cantidad de mesas familiares de consumidores responsables, por ahora ubicadas en diferentes localidades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, en un radio cercano a nuestra granja biodinámica.
Ofrecemos estas noticias seleccionadas y puestas en contexto como continuidad de la tarea informativa que nos hemos propuesto, basada en nuestros Cuatro Pilares Fundamentales, según los cuales la comunicación integrada constituye una dimensión necesaria que nos permite articular con coherencia el decir y el hacer, con el propósito claro de producir alimentos vitales y nutritivos.
Conocer los factores de riesgo nos permitirá elegir las opciones seguras: todas nuestras actividades se realizan respetando con responsabilidad y compromiso el marco normativo desarrollado por el Gobierno Nacional y explicado en nuestra página web: Alimentos para compartir y protocolos para cuidarnos.
Los invitamos a compartir, participar, comprometerse y disfrutar de nuestra Experiencia Biodinámica completando nuestro Formulario de Contacto. ¡Gracias por elegir formar parte de la gran familia Janus!