Alimentos saludables causan menor impacto ambiental
Basando decisiones y acciones en nuestros Cuatro Pilares Fundamentales, venimos desarrollando desde hace una década nuestro propio modelo de producción sustentable —dedicando esfuerzo y asignando recursos— enfocados en abastecer, hoy, a las 40 Familias Asociadas con alimentos vitales y nutritivos con la convicción de estar defendiendo la seguridad alimentaria y garantizando la calidad los alimentos que producimos y consumimos.
La huella ecológica como relación entre alimentos saludables y producción sustentable: según una de sus definiciones más utilizadas es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Algunos de los factores de la composición de la huella ecológica están relacionados con el consumo de agua, con el consumo y los tipos de energía utilizados, con la superficie y los recursos naturales involucrados en la producción, en este caso de los alimentos saludables. Existen diversas herramientas genéricas a nivel global desarrolladas con el objetivo de medir la huella ecológica, aunque se trata de un mecanismo complejo que necesita un abordaje integral y multidisciplinario en función de cada caso particular.
Una reciente investigación titulada Múltiples impactos ambientales y de salud de los alimentos —publicada en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)’, realizada en conjunto por científicos de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y la Universidad de Oxford (Reino Unido)—, llega a la conclusión de que los alimentos saludables, además de favorecer el equilibrio en la salud de los consumidores, también son los que menor impacto causan en el medio ambiente gracias a la sustentabilidad de los modelos de producción utilizados.
La investigación cruza los datos estadísticos de los indicadores de impacto relacionados con tres grandes áreas: alimentos, salud humana y ambiente. Analiza 15 grupos de alimentos diferentes —pollo, lácteos, huevos, pescado, frutas, legumbres, nueces, aceite de oliva, papas, carnes rojas procesadas, cereales de grano refinado, bebidas azucaradas, carnes rojas sin procesar, verduras y cereales integrales—, correlacionándolos por un lado con su incidencia en 5 aspectos de la salud en adultos —diabetes tipo II, accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria, cáncer colorrectal y mortalidad—, y por otro lado con 5 aspectos de la degradación ambiental causada por la agricultura —emisiones de gases efecto invernadero, uso de la tierra, uso de agua ponderado por la escasez (uso del agua multiplicado por una constante que se escala regionalmente en función de la disponibilidad de agua después de satisfacer la demanda de los humanos y los ecosistemas acuáticos) y dos formas de contaminación por nutrientes: acidificación y eutrofización—. En primer lugar se ponderan los impactos en la salud y el medio ambiente de los alimentos por separado, y luego conjuntamente.
En el sentido que apuntan las conclusiones de los investigadores, podríamos pensar que nos están alertando acerca de una doble responsabilidad que como humanidad nos compete: hacer todos los esfuerzos posibles por un lado para consolidar los diferentes modelos de producción sustentable —como la Agricultura Biodinámica, Agroecología, Agricultura Orgánica, entre otros, que afortunadamente son tendencia a nivel global— aún siendo minoría respecto a la escala de la agricultura industrial convencional, cuyo impacto ambiental y para la salud humana está científicamente comprobado, y por otro lado aumentar los niveles de conciencia de las sociedades en tanto consumidores responsables, aportando y formando parte de modelos de intercambio que necesitan de todos sus componentes y cambiando nuestros hábitos de consumo hacia La dieta perfecta para salvar el planeta y la salud del ser humano.
Destacamos un significativo párrafo de las conclusiones de la investigación que resume este llamado de atención a todos los sectores involucrados:
Por lo tanto, las transiciones dietéticas hacia un mayor consumo de alimentos más saludables generalmente mejorarían la sostenibilidad ambiental, aunque los alimentos procesados con alto contenido de azúcares perjudican la salud pero pueden tener impactos ambientales relativamente bajos. Estos hallazgos podrían ayudar a los consumidores, los encargados de formular políticas y las compañías de alimentos a comprender mejor las múltiples implicaciones para la salud y el medio ambiente de las elecciones alimentarias.
Frente a la recurrente pregunta que nos hacemos desde el lugar que nos toca: ¿Cómo construimos juntos el modelo sustentable de producción de alimentos que necesitamos?, presentamos aquí los dos primeros de los 5 principios de la Agricultura Sostenible, por estar directamente relacionados con los posibles caminos para disminuir la huella ecológica y desarrollados por la FAO:
Modificando algunas prácticas actuales es posible mejorar la productividad de muchos sistemas agrícolas y de producción de alimentos.
La producción agrícola y de alimentos depende de los recursos naturales, y por ende, la sostenibilidad de la producción depende de la sostenibilidad de los propios recursos naturales. Se pueden hacer muchas cosas para reducir los impactos negativos y mejorar el estado de los recursos naturales.
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