Crecen las ventas de la agricultura familiar | JANUS
Janus Proyecto Rural Integrador es una granja sustentable, sostenida en los principios de la Agricultura Biodinámica, donde producimos alimentos vitales y nutritivos con un modelo de intercambio y consumo responsable basado en CSA, la Comunidad que Sostiene la Agricultura, ubicada en la provincia de Río Negro, Patagonia Argentina.
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Crecen las ventas de la agricultura familiar

Crecen las ventas de la agricultura familiar

En estos últimos años venimos observando en la opinión pública, en las agendas de los medios y en las redes sociales una importante y creciente presencia de información de todo tipo acerca de los mismos temas que son prioritarios para JANUS Proyecto Rural Integrador.

 

Afortunadamente no estamos solos a la hora de plantearnos varias preguntas vinculadas con la soberanía alimentaria y la suficiencia alimentaria, grandes conceptos afines y complementarios que se articulan con otros temas de interés.

 

Estas cuestiones de fondo, poco a poco y empujadas por el empoderamiento y la participación de la gente, van interpelando e interesando a diferentes actores institucionales, locales, regionales y nacionales, reorientando a su vez las estrategias y los posicionamientos de los organismos responsables de las políticas públicas en la materia.

 

Vamos a ir compartiendo en nuestro sitio web y en nuestra FanPage de Facebook algunas de las noticias, notas y artículos que nos interpelan y nos acompañan en este camino socioproductivo que hemos elegido, con el objetivo de aportar una mirada de contexto a los desafíos del presente.

 

Ferias y canastas muestran otras formas de producción y consumo de alimentos con un gran potencial para sostener un sistema agroalimentario alternativo.

 

Mercedes López Saubidet, Agencia de Extensión Rural INTA Centenario

Diario Río Negro, Suplemento Pulso del 19 Feb 2017

 

Existe en la región un sistema de comercialización en construcción, con un consumidor activo y de la mano de agricultores familiares.

 

La producción de alimentos en manos de los agricultores familiares no termina con el producto cosechado o elaborado. La etapa posterior es pensar y gestionar distintos formas de comercializar ese producto. Desde el INTA y el Programa Prohuerta, se acompañan experiencias de comercialización de la agricultura familiar, que impliquen la menor cantidad de intermediarios posibles.

 

Esta etapa de comercialización, cobra relevancia por su importancia y la complejidad que implica. Existe en la región un sistema de comercialización en construcción, con un consumidor activo, y de la mano de la agricultura familiar.

 

El análisis de los sistemas agroalimentarios actuales, implica preguntarnos cómo nos alimentamos cotidianamente, qué alimentos están disponibles y son accesibles, y la calidad de los mismos. Aparecen entonces dos actores, productores y consumidores. La distancia entre ellos se ha ido acentuando, con un sistema cada vez más industrializado. La comercialización de alimentos para abastecer a las ciudades en expansión, se encuentra en su gran mayoría en manos de las grandes cadenas de supermercados, con mayor número de intermediarios y con productos estandarizados y procesados.

 

Este fenómeno de generación y comercialización de alimentos despierta advertencias. Distintos informes reflejan que Argentina ocupa el tercer lugar en el ranking regional de venta de productos ultraprocesados. El 58 % de los habitantes de la región tiene sobrepeso, es decir, 360 millones de personas, mientras que el 23%, o 140 millones de personas, son obesas.

 

Tras varias décadas de instalado el sistema agroalimentario con estas características, los productores de escala familiar se encontraron con un mundo más globalizado y con menor capacidad para definir el valor de sus productos artesanales, compitiendo con un alimento homogéneo e industrializado y con costos de producción muchos menores, no reconociendo las posibilidades de producción de cada territorio, subyugando oportunidades de desarrollo local.

 

Aún en este contexto, surgen experiencias de pequeños productores y elaboradores, con una base territorial cercana entre producción y consumo y a la vez más ecológica.

 

Se desarrollan diferentes experiencias en el Alto Valle como ferias que funcionan semanalmente en China Muerta y Vuelta Al Natural en Cipolletti, otra organizada por la municipalidad de Plottier o con periodicidad mensual como la del Puesto de Capacitación Agropecuaria N°2 en San Patricio de El Chañar, o la incipiente feria de los productores del paraje El Arroyón en Cinco Saltos.

 

Los eventos de determinados rubros de alimentos, como “Vinos y Alimentos”, exposiciones de la EPEA 2, del municipio de Plottier, de Emprendedores, ferias locales y regionales entre otros, son cada día más frecuentes en la zona, organizados por algún nivel estatal o por grupos de productores y elaboradores auto gestionados.

 

Para el fomento de alimentos elaborados, algunas instituciones cuentan con salas de elaboración disponible para los productores sumándoles el beneficio de productos con habilitación municipal o provincial. Un caso testigo es el de la sala del municipio neuquino, dependiente del área de Agricultura Urbana; cuenta con un promedio de diez elaboradores de diferentes productos.

 

Existen también redes de comercio justo, como “Red Tinkuy” que es una organización que acerca a productores y consumidores enviando en forma mensual a sus suscriptores un listado de productos con su precio. Dicha red garantiza procedencia y comercialización.

 

Por otro lado hay tres experiencias en manos de los propios productores que se sostienen merced a un gran interés por parte de los consumidores. Canasta “Flor Dorada” de Centenario, “Buena Vida” en Vista Alegre y “Janus”, en Contralmirante Cordero pertenecen a familias productoras que cuentan con un promedio de cuatro hectáreas de producción sustentable. Tienen un sistema de venta en las mismas chacras, en forma semanal, de canastas con 12 a 14 kg de verduras y frutas de estación, con puntos de venta fijos en Cipolletti y Neuquén, o con el beneficio en algunos casos, de conocer el espacio productivo