Puentes entre alimentación y consumo | JANUS
Janus Proyecto Rural Integrador es una granja sustentable, sostenida en los principios de la Agricultura Biodinámica, donde producimos alimentos vitales y nutritivos con un modelo de intercambio y consumo responsable basado en CSA, la Comunidad que Sostiene la Agricultura, ubicada en la provincia de Río Negro, Patagonia Argentina.
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Producción Sustentable: puentes necesarios entre Alimentación Saludable y Consumo Responsable

Producción Sustentable: puentes necesarios entre Alimentación Saludable y Consumo Responsable

Procuramos analizar las relaciones sistémicas que subyacen a conceptos que nos acompañan y vienen ganando protagonismo en los medios de comunicación.

Puentes entre alimentación y consumo

 

Puentes entre alimentación y consumo

 

Afortunadamente aparecen cada día más espacios de divulgación —ya sea profesionales o institucionales, basados en investigación y evidencias científicas— que funcionan como puentes entre alimentación y consumo: se preocupan por acercar al gran público información seria y responsable, que les permita a los consumidores orientar sus decisiones de compra, acompañando los procesos de búsqueda del equilibrio en alimentación y salud, tanto física cuanto emocional y espiritual.

 

Con la creciente complejidad de los diferentes sistemas de intercambio y sus interacciones —educación, comercialización, comunicación, producción, entre otros, que estructuran nuestra vida social en las respectivas comunidades que nos albergan—, vamos viendo la necesidad de recurrir a múltiples fuentes de información para que nos acompañen, de la mejor manera posible, en los procesos de toma de decisiones asociados a los tipos de consumos que van moldeando nuestra realidad cotidiana.

 

Múltiples beneficios para la salud

 

De este modo nos van llegando cada día, cada minuto —por ejemplo a través de Whatsapp, Facebook, televisión, revistas, diarios, eventos y conversaciones presenciales, dependiendo de la exposición mediática y social a la que estemos acostumbrados— cantidades inabordables de noticias, enlaces, videos, audios, memes, recetas, sugerencias, todos mensajes que ponen en crisis seriamente nuestra limitada capacidad de análisis y procesamiento por un lado y, retomando una metáfora alimentaria, por otro lado dificultan los procesos de asimilación y su posterior transformación en nutrientes y vitalidad, dos aspectos significativos de la existencia que nos permitirían garantizar un “buen vivir” equilibrado y en sintonía con la naturaleza de nuestra especie, en su milenaria relación con el ambiente.

 

Compartimos como ejemplo una reciente nota de la CNN en español titulada Una dieta saludable ayuda contra la depresión en adultos jóvenes, según un estudio, en la que una problemática específica de salud —no solo individual sino también pública— encuentra posibles caminos de abordaje complementarios a los convencionales, en un enfoque particular de la alimentación. Podríamos preguntarnos incluso cuánta gente, preocupada por su estado de salud, no dispone de las herramientas necesarias para asociar el tipo de alimentación que elige con los síntomas, problemáticas y consecuencias que padece.

 

Modelos en pugna

 

Considerando un posible repertorio de alternativas que dispongamos como consumidores responsables a la hora de planificar nuestra alimentación —la de nuestra familia, hijos y seres queridos—, a menudo nos encontramos en la disyuntiva de tener que elegir, en general condicionados no tanto por los precios relativos sino más bien por las diferentes estrategias de comunicación y comercialización que desarrollan las empresas para ganar la posición central en el momento de la compra, como bien explica la periodista catalana Esther Vivas en La gran distribución se ha apropiado de la agricultura ecológica, una entrevista de fondo que desnuda la realidad global.

 

Todos los grandes jugadores que intentan posicionar sus variadas ofertas de productos en el mercado —cadenas globales y nacionales, mayoristas, hiper, súper, todo grande como vemos— actúan basados en las mismas características estructurales: sistemas de producción a gran escala con poca mano de obra, basados en modelos dependientes de paquetes tecnológicos sin garantía de sustentabilidad; industria alimentaria enfocada en ultraprocesados; extensas redes de logística y transporte movilizando mercaderías miles de kilómetros; enormes cadenas de frío; férrea concentración intermediaria en grandes centros de distribución; puntos de venta circunscriptos solo a grandes locales comerciales; mensajes muchas veces engañosos en packaging y publicidades varias, entre otras.

 

Proponiendo caminos alternativos

 

Como contraparte, entre las características comunes de los modelos de producción sustentable como la Agroecología, Agricultura Biodinámica, Agricultura Orgánica, junto a otras prácticas analizadas en la nota ¿Cómo será el agricultor del año 2050?, podríamos enumerar como puentes entre alimentación y consumo a los sistemas productivos de pequeña y mediana escala —en general localizados en las zonas periurbanas de grandes ciudades que fomentan la ocupación de mano de obra local—; los modelos de intercambio de cercanía —a veces llamados “kilómetro cero”— que promueven una relación directa sin intermediarios entre productor y consumidor; las redes de comercialización de pequeña escala constituidas por ferias artesanales, organizaciones de base que reparten a domicilio y comercios especializados.

 

Podríamos argumentar que el “corset” sistémico y mediático descripto más arriba dificulta notoriamente, en consumidores conscientes y preocupados, la capacidad de “ver” y acceder a otras posibilidades, realmente disponibles, mediante un acercamiento paso a paso que permita encarar los cambios de hábitos alimentarios y de consumo que vienen proponiendo con solidez y constancia algunas instituciones y organizaciones sociales como Mi comida me sana, por nombrar un ejemplo cuya trayectoria se consolida en nuestra región patagónica con proyección nacional, interactuando positivamente con nuevas tendencias en servicios y propuestas alimenticias que llegaron para quedarse, como las difundidas en De la huerta orgánica al restaurante, para recuperar sabor y salud, una reciente nota del diario Río Negro.

 

Frente a esta cruda realidad del consumismo sin límites que todos conocemos y padecemos —que viene perfeccionándose en nuestro país desde hace más de 40 años acompañando una tendencia del capitalismo global—, por fortuna venimos notando el crecimiento, desde hace algunas décadas y cada día con más fuerza, de una sólida tendencia impulsada por otras alternativas reales y palpables, las que a fuerza de trabajo, investigación, enfoque, compromiso, organización y articulación hacen posibles otros modos de existencia y relación, basados en modelos eficientes de producción sustentable, consumo responsable y redes de intercambio equitativas sostenidas por Un modelo de intercambio que necesita de todos sus componentes, modalidades que garantizan una experiencia de vida en armonía con la naturaleza y sus ciclos.

 

Tendiendo puentes entre alimentación y consumo

 

Inspirados en los conceptos fundamentales de la Agricultura Biodinámica, relacionados con la importancia de fomentar relaciones interpersonales y colectivas satisfactorias, con el objetivo de lograr un equilibrio en la comunidad de pertenencia, a nuestras Familias Asociadas les proponemos un modelo de intercambio llamado CSA —Comunidad que Sostiene a la Agricultura—, mediante el cual establecemos un compromiso a largo plazo basado en un presupuesto anual. Además de permitirnos cerrar el ciclo virtuoso de llevar los alimentos de nuestra huerta a sus mesas, esta modalidad nos permite también estimar los gastos de producción de los alimentos con los abastecemos las mesas familiares durante todo el año, y a ellas les brinda la seguridad de recibir todas las semanas nuestros productos, facilitando la planificación de la economía doméstica y garantizando la calidad, vitalidad y nutrición de sus alimentos.

 

Esta tendencia, que se manifiesta en todo el mundo y se caracteriza por la preferencia de alimentos vitales y nutritivos como fuente de equilibrio en la salud física y espiritual, viene consolidándose en el marco de un importante cambio de paradigma, que nos permite funcionar como puentes entre alimentación y consumo, articulando un mayor compromiso social a través del consumo responsable con las diferentes modalidades de producción sustentable, como la Agroecología y la Agricultura Biodinámica, cuyos fundamentos utilizamos en JANUS Proyecto Rural Integrador.

 

Ofrecemos estas noticias seleccionadas y puestas en contexto como continuidad de la tarea informativa que nos hemos propuesto, basada en nuestros Cuatro Pilares Fundamentales, según los cuales la comunicación integrada constituye una dimensión necesaria que nos permite articular con coherencia el decir y el hacer, con el propósito claro de producir alimentos vitales y nutritivos. Los invitamos a compartir, participar, comprometerse y disfrutar de nuestra Experiencia Biodinámica completando nuestro Formulario de Contacto

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